Mi patrimonio personal

En este post presento un trabajo personal en el cual debía contar la historia de algún objeto, lugar, persona etc. que hubiese marcado mi infancia y siguiese formando parte de mi patrimonio personal.

No tardo en venir a mi cabeza la idea de contar la historia de este pequeño oso de peluche, el cual tiene 31 años y lleva 24 conmigo.

Las limitaciones del enunciado del trabajo hacen que en el video tenga que ahorrar en detalles sobre la historia de este oso, que para quien le interese, cuento a continucación.

La mayor de mis primas, Carmen, me saca 7 años, y durante esos 7 años que nos llevamos de diferencia, este colorido oso de peluches fue suyo, regalo de un visitador médico, ya que su padre, Nacho, ejerce la medicina.

Cuido con cariño durante esos 7 años de este oso, hasta que unos meses después de mi nacimiento ambos coincidimos en el hospital de Burgos, ella por haber sufrido una fractura en su pierna y yo para ser operado de un problema en el sistema digestvo. Fue entonces cuando Carmen con todo su cariño decidió desprenderse de este pequeño para que pasase a formar parte de su pequeño primo.

Gran cantidad de peluches han pasado por mis manos en mis 24 años, pero ninguno consiguió atrapar mi cariño como este, el cual mil veces cosido y remendado aún guardo con cariño como parte de mi patrimonio personal.

Posdata: Aunque digo en el video que no tiene nombre, (y para mí, no lo tiene) al enseñar el video a mi familia, mi tía Sagrario, madre de Carmen me hizo saber que este oso se llamaba Puskas, o ese nombre usaba Carmen para llamarlo. Yo nunca le puse nombre.